El sector arrocero dominicano está estable en estos momentos y con presencia internacional a través de su producto, porque ya comenzó a exportar a Sudáfrica.
A ese mercado fueron enviados 578 mil quintales a través de una compañía americana. La operación envuelve US$10 millones, es decir, RD$370 millones.
La información la ofreció ayer el presidente de la Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz), José Mauricio Velásquez, y los miembros de esa organización Ángel Hernández y Emilio Menicucci, entrevistados en el Desayuno Económico de El Caribe.
Sin embargo, a pesar de esas dos noticias positivas, los dirigentes tienen varias preocupaciones derivadas de ciertas dificultades de comercialización que existen a nivel de campo, principalmente, porque hay una ligera sobreoferta, empujada por la siembra de 325 mil tareas por encima de lo que debió plantarse.
La sobreoferta existente pudiera ser de 2.5 millones de quintales de arroz, calcula Velásquez. Lo que ocurre, desde su punto de vista, es que el pasado año fue bueno en materia de rentabilidad para los arroceros y eso creó entusiasmo, de ahí el exceso en la cantidad de terreno sembrado y cultivado.
La situación ha empujado a la existencia de un inventario que afecta el flujo normal del arroz hacia las factorías, bajando -de paso- el nivel de precio a nivel de campo o finca.
Esa es la otra preocupación del presidente de Fenarroz, quien cuestiona que “a pesar de que en las zonas de producción los precios descendieron, el arroz sigue llegando a precios altos al consumidor final. Es que la cadena de comercialización no traspasa al cliente la rebaja registrada en las fincas, y por el contrario la ganancia se queda en el medio”, dijo Mauricio Velásquez.
El consumo mensual de arroz en el país es de 940 mil quintales (11.2 millones de quintales por año).
Para que la cadena de comercialización permita que las bajas de precios en las fincas se traduzcan al consumidor, Velásquez aconseja que el Estado use sus estructuras por vía de Industria y Comercio.
“Yo te aseguro que la libra de un arroz de primera calidad llega a cualquier parte del país a 15 pesos. El arroz selecto A llega entre 14 y 15 y hay otro que llega a 11 y 12 pesos. Sin embargo, en cualquier lugar de Santo Domingo te cobran 22 y 23 pesos por libra, y eso no puede ser”, dijo el dirigente, dejando claro que en estos casos no es ni el productor ni el molinero quienes se benefician de la especulación, sino el intermediario.
El saco de 125 libras de arroz superior (el de consumo más popular) según los datos ofrecidos es ofertado por los molineros entre RD$1,650 y RD$1,700, lo que indica que se trata de un arroz que no debiera sobrepasar de 12 pesos la libra para el consumidor.
Los dirigentes de Fenarroz están en desacuerdo con que se dejen de sembrar determinadas áreas del país cuando hay sobreoferta. Lo que sí favorecen es que Gobierno-productores-molineros se aboquen a mejorar la situación dentro de lo posible y en base a una reducción de costo.
De otro lado resaltaron las bondades del Programa Nacional de Pignoración, que “ha constituido la salvación de los arroceros dominicanos”.
Entre fincas y consumo
El consumo per cápita anual de arroz en el país es de unos 55 kilos, o sea, que cada persona consume por año casi 125 libras. Los arroceros generan 300 mil empleos, directos e indirectos. En adición a las once asociaciones que tiene el sector, más la de Nagua que pronto se incorporará, existe la estructura de la reforma agraria. En el país hay 32 mil fincas.
Preguntado sobre por qué hay productores que les gusta sembrar fuera de época, Mauricio Velásquez sugiere que a las tierra hay que darle un tiempo de gracia (de descanso) y por tanto, lo correcto es hacer dos cultivos por año.
Involucrados directamente
Ángel Hernández
Arrocero
“Nuestro sector está a la vanguardia a nivel mundial. Eso podemos verlo a través de la introducción de nuevas variedades. Participamos en todos los foros internacionales y vivimos innovando con el uso de nuevas tecnologías, es decir, somos competitivos”.
Emilio Meniucci
Productor
“La unificación que tiene el sector arrocero, persiguiendo un objetivo común, ha sido vital para la solución de los problemas. Si no estuviéramos tan unidos, la situación sin duda fuera otra. En Fenarroz convergen todas las asociaciones privadas del sector”.
Fuente: El caribe
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